TRES VECES EDUCACIÓN!!!

LA EDUCACIÓN COMO BASE DE LA SOCIEDAD
Entendiendo que la Educación, cualquiera sea la forma modelo y contenidos que quieramos darle, es, fue y será la base de la sociedad...
Desde la familia, el relacionamiento con sus pares, en el trabajo, en conversaciones cotidianas, todo es un proceso educativo que forma en valores y experiencia propia, que nos hace y conduce a lo que somos, y es, en este sentido, el resultado de nuestras vidas en sociedad lo cual depende en realidad del proceso educativo que tuvimos......
Aunque pareciera ser una problemática típica de nuestros tiempos, la educación ha sido, es y será, la problemática que persiste a todo tiempo; donde el hombre se asiente, donde éste busque su inherente fin de vivir en sociedad, la educación mediará toda su actividad. No es posible que ella sea separada de su experiencia cotidiana, pues ella atiende al quehacer constante de la actividad humana.
Queda claro que el fenómeno educativo es siempre un problema actual y no es posible excluirlo de la sociedad. Como abordar entonces dicho problema?. Mil y un enfoque han tratado de arrojar luces al momento de dar solución al problema educativo.
En este caso y considerando los modelos actuales a la vista por estos lares es posible identificar al humanismo educativo
El humanismo, o el enfoque del potencial humano, como teoría psicológica, trata de estudiar al hombre bajo la concepción de que es un sistema biopsicosocial (muy biologico por cierto cosa que me encanta) de integración o síntesis; lo que lo determina como una totalidad indivisible de interacción, y por lo que se enfocará en no tan sólo describir las experiencias humanas, sino que procurará impulsar su desarrollo a fin de hacerlas significativas mediando su actividad a través de una guía que ayude al hombre –cual Sócrates- a conocerse y comprenderse a sí mismo, reconociendo éste sus potencialidades y la capacidad de selección y decisión para orientar dicho potencial en pro de su “autoconstrucción positiva”.
Tomando esta última frase, el Humanismo posee una concepción positiva de la naturaleza del hombre, pues, si logra la integración de su racionalidad, socialización, interacción con el medio ambiente y su capacidad interior de autogestión -lo que lo conduce siempre hacia delante como un componente de progresión-, ello ya es un aspecto positivo.
Luego, si bien el hombre determina lo que es óptimo dentro de su selección y lo conduce oportunamente hacia su autorrealización, el respeto del otro a esta capacidad es fundamental para el desarrollo personal en conjunto, a su vez, de un ambiente no amenazante que incentive la independencia, propicie el progreso de las potencialidades del ser y permita a éste asumir la responsabilidad de sus conductas.

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